La falange macedonia era una formación de infantería creada y usada por Filipo II, y más tarde por su hijo Alejandro Magno en la conquista del Imperio persa. Esta formación predominó en las batallas durante el período helenístico hasta ser reemplazada por las legiones romanas. Fue elevada al cénit de su efectividad por Alejandro y en el mundo griego se la consideraba un sistema de combate invencible hasta las derrotas de Cinoscéfalas (197 a. C.) y, especialmente, Pidna (168 a. C.).
La falange macedonia surgió, de hecho, como una respuesta ante las modificaciones tácticas que los estrategos tebanos, Epaminondas y Pelópidas, desarrollaron a principios del siglo IV a. C. para oponerse a la superioridad, aunque ya decadente, que la formación hoplítica espartana había ejercido en los combates terrestres entre las polis griegas hasta esa fecha.
A comienzos del reinado de Filipo II, Macedonia no era un país rico ni podía, por tanto, equipar a sus soldados profesionales con armamento pesado, que era costoso, como el de los hoplitas.
Filipo formó la falange de la siguiente manera: la dotó de piqueros ligeramente protegidos, cuya arma principal era la sarissa. Esta era una larga pica que portaban todos los falangistas. Tenía una longitud de cinco a seis metros de media y llevaba en las extremidades puntas de bronce; la extremidad inferior tenía añadidos cuatro topes para plantarla en el suelo y poder soportar una carga de caballería. Debido a su longitud, la sarissa estaba dividida en dos partes, que había que unir antes de la batalla; para manejarla se requerían ambas manos y no permitía la utilización del aspis koilé, el escudo hoplita, que fue reemplazado por un modelo más pequeño que se llevaba colgado del brazo.
El casco era de hierro y el modelo más común era de forma cónica, cuya punta era redondeada e inclinada hacia el frente, al estilo de un gorro frigio; las protecciones de las mejillas (carrilleras) podían ser articuladas gracias a charnelas. La coraza era exclusiva de los oficiales y podía estar fabricada de hierro.
Para el combate cuerpo a cuerpo, el armamento se completaba con una espada corta de hierro. Los falangistas también portaban una pequeña daga como arma secundaria. Además de emplear piqueros en la falange, Filipo llevó a esta formación a una profundidad de 16 filas, inspirándose en la falange hoplítica tebana.
Filipo II pasó parte de su juventud como rehén en Tebas, donde estudió junto al conocido general Epaminondas, cuyas reformas fueron la base de la falange. Los falangistas eran soldados profesionales y estaban entre las primeras tropas que entraban en combate, lo que les permitía ejecutar maniobras complejas mucho mejor que el resto. La formación era rectangular, con dieciséis filas de hombres, y un comandante a la cabeza de cada columna más otro en el medio, para que las filas de atrás pudieran moverse a los lados en caso de que fuera necesario realizar un ataque frontal. Cada columna estaba compuesta por 256 hombres y recibía el nombre de syntagma, que se conoce a partir de las descripciones de Polibio y Asclepiodoto.3
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